Lo + Visto

lunes, 1 de febrero de 2021

EL DÓLAR Y SU ORIGEN ESPAÑOL


Influencia española del dólar

Muy pocos norteamericanos saben que su moneda posee origen español. El llamado real de a ocho, o también peso duro o simplemente

duro, fue la moneda más importante del Imperio español y del mundo en su época.

Fue una moneda con un peso de 27 gramos de plata, y en su reverso figuraban las columnas de Hércules y el plus ultra, el lema de España.

Las columnas representaban a Gibraltar y Ceuta, los dos peñones que delimitaron el final del mundo conocido hasta las postrimerías del siglo XV.

Cuando el mítico Hércules ejecutó uno de sus famosos trabajos, el mundo terminaba ahí, era el non terrae plus ultra, pero España lo desbordó con el descubrimiento de América, y por eso Carlos V acuñó para España el lema de “plus ultra”.

Los reales de a ocho fueron conocidos como “taleros”, por su parecido con la recia moneda austríaca “thaler”, acuñada en Bohemia, también en el territorio imperial de Carlos V, pero tenía mucha menor distribución.

El real de a ocho español se acuñaba en la Ceca o Casa de la moneda de México, el metal procedía de los yacimientos mexicanos de Zacatecas o Guanajuato, y de las riquísimas minas de Potosí, en Bolivia, prácticamente una montaña maciza de plata, el mayor yacimiento argentífero que haya existido jamás.

La tentación de los galeones que transportaban monedas

Tras la conquista de México y Perú, los reales de a 8 se acuñaban en América con la denominación de real español y se transportaban a granel hacia España, haciendo este transporte un objetivo tentador para los piratas y corsarios del mar.

Por otra parte, su uso también se extendió por el sudeste asiático, pues el Galeón de Manila transportaba periódicamente plata en monedas desde México hasta Manila, en las Filipinas, donde debía intercambiarse por mercancías chinas y filipinas en tanto la plata era la única mercancía extranjera que China aceptaba como pago.

En el comercio oriental, los reales de a 8 españoles fueron a menudo estampados con caracteres chinos, que indicaban que se trataba de monedas originales.

Estos galeones o navíos levantaban la codicia de los piratas del Caribe y el Atlántico, cuyo sueño era hacerse con el botín de un galeón español atiborrado de estas monedas.

El último aflorado, el Nuestra Señora de las Mercedes, rescatado por la polémica compañía Odyssey, transportaba 574.000 monedas de reales de a ocho, una verdadera fortuna.

                                                       Moneda de Carlos III acuñada en la Ceca de Potosí en 1768.

La primera moneda de uso universal

Los reales de a ocho fueron la primera divisa universal, porque no solo circulaban en Europa y en América, sino también en Asia.

El famoso Galeón de Manila español, que hacía un trayecto anual entre México y Filipinas, la que puede ser la primera globalización comercial, transportaba estas monedas para cambiarlas por los productos exóticos del Oriente como sedas, porcelanas o mantones de Manila, y la moneda española, aceptada y apreciada por los comerciantes de todo el mundo, llegaba así a muchos rincones del Oriente.

De hecho, los comerciantes chinos solo aceptaban estos pesos españoles de plata a cambio de sus mercancías.

Pero también circulaba la moneda española en las Trece Colonias británicas de América del Norte, mucho antes de que declararan su independencia.

De real de a ocho a spanish dollar

Por la dificultad de las navegaciones llegaban pocas libras esterlinas a las colonias, y era mucho más fácil surtirse de los cercanos y acreditados reales de a ocho acuñados en México que de libras inglesas, de modo que en las Trece Colonias la moneda española circulaba normalmente.

Cuando llegó el momento de la emancipación de las colonias, los flamantes Estados Unidos repudiaron formalmente la moneda británica y se vieron en la necesidad de acuñar moneda propia.

Pero resultaba difícil introducir en el comercio un valor nuevo, y por ello se recurrió al que entonces lo poseía en grado superlativo en todo el mundo: el peso duro, la moneda española real de a ocho, la referencia monetaria indiscutible.

Había muchas de estas monedas en circulación en las Trece Colonias, y tenían la garantía de su prestigio y de su depurado contenido de plata, de modo que el real de a ocho de la monarquía española se convirtió en la base de la moneda de los Estados.

La notable moneda española fue conocida primero como “spanish thaler”, pasando después a “spanish daller”, y más tarde a “spanish dollar”, reducido más tarde a simplemente dólar.

La paridad del dólar americano fue unida oficialmente a la moneda española, y el “spanish dollar”, llamado así durante mucho tiempo, convivió durante largos años con el “dollar” americano.


Una convivencia monetaria con ventaja

Ambas monedas, la americana y la española, circulaban por igual y con el mismo valor en los Estados Unidos, y por cierto que sus ciudadanos, siendo idéntico el valor nominal, preferían con mucho los pesos o duros españoles que los nuevos dólares americanos, porque los españoles tenían más prestigio y mayor contenido físico de plata.

La moneda española estuvo vigente en Estados Unidos hasta el año 1857, cuando se prohibió su uso. Mientras que circuló en los EE. UU. el real de a 8 tuvo el valor de un dólar.

Como curiosidad cabe indicar, por ejemplo, que el precio de las acciones en el mercado de valores de los Estados Unidos denominado en octavos de dólar perduró hasta el 24 de junio de 1997 cuando la Bolsa de Nueva York convirtió dicha denominación a dieciseisavos de dólar, aunque poco después se pasó a la notación decimal.

Las primeras monedas norteamericanas

En cuanto al signo del dólar ($), las barras (que por lo común se colocan dos barras verticales y no una) provienen, según la opinión más extendida, de las dos columnas de Hércules de la pieza española, pero un poco más finas.

De hecho, cuando surgieron las primeras monedas acuñadas por Estados Unidos, se les denominó también “pillar-dollar”, por los dos pilares o columnas de Hércules.

Y en cuanto a la S, según la versión más generalizada se trata de una abreviatura de la palabra “peso”, como era llamado el real de a ocho, con la P y la S superpuestas.

En conclusión, que la archiconocida moneda estadounidense tiene su inequívoco origen en la vieja moneda española. Un capítulo más del legado de España en Norteamérica.

Fuente: Tomado y adaptado de Borja Cardelús, Hispanista y escritor


No hay comentarios:

Publicar un comentario