Ir
al cine, cuando teníamos cine, era muy diferente a ir al cine en los años 80s.
Vamos a recordar esas cosas típicas en los cines de Carúpano en los ochentas y
noventas:
Las
salas de cine tenían varias carteleras con fotos de la película. Uno siempre se
fijaba en las fotos para darse una idea si la película era buena o mala. Más de
uno se llevó tremendo chasco.
Tenían
un guía con una linterna que te alumbraba el camino para sentarte.
Siempre
había un comercial que pasaban antes o en el intermedio de la película (no
todos los cines).
En
cuanto a las promociones, se ofrecía el Lunes Popular, recuerdas ¿Dónde?
En
Carúpano llegó a existir simultáneamente hasta cuatro salas de Cine, todas ubicadas
en Calle Independencia.
El Teatro Rex
El
primer sitio de proyección visual en nuestra gran ciudad, fue el Teatro REX, fundado por Don José
Angrisano Limongi, padre de Humberto (administrador) y José Angrisano Núñez.
Escenario
de grandes eventos culturales y sociales, traídos desde afuera y también nacidos
en nuestro terruño como la elección de reinas del carnaval.
Ubicado
a unos pocos metros de la céntrica Plaza Colón, entre calles Güiria y Cantaura,
en la actualidad Centro Comercial REX.
Era
el único que tenía tres localidades: General,
cerca de la gran pantalla; Balcón
(algunos solían llamarlo Luneta), en
lo más alto, cerca del proyector; y Preferencia,
entre las dos.
También
era el único cine que tenía dos taquillas para la venta de entradas, una para
los tickets de General, y la otra
para los boletos de Balcón y Preferencia.
Asimismo
era el único que los sábados y domingos programaba tres funciones: Matiné a las 3:00 de la tarde; Vespertina a las 5:00 p.m.; y Nocturna a las 7:45 p.m.
Las
entradas para las distintas funciones oscilaban entre 0,75 y 3,00 bolívares,
¡vaya que era un bolívar fuerte!
El Cine Bermúdez
La
sala que competía con el Rex, era el Cine
Bermúdez, de “Totoño” Blassini, ubicado entre las calles Araure y Quebrada
Honda, frente al Grupo Escolar República de Haití, hoy Edificio Tawil, sede el
Ministerio Público.
Sábados
y domingos exhibían películas en dos funciones: Vespertina, a las 5:00 de la
tarde, y Nocturna, a las 7,00 de la noche.
Por
otra parte solo disponía de una sola taquilla para la venta de boletos. Era el
más popular de los 4 cines, y tenía dos localidades: General y Preferencia.
El
cine Bermúdez era muy famoso por las películas de Bruce Lee y era súper
económico, no tenía aire y cuando terminaba la película mucha gente salía sin
camisa por el calor. ¡Qué tiempos aquellos!
El Cine Central
La
otra sala de Totoño, era el Cine Central, más cerca de la Plaza Colón, diagonal
al Rex, donde queda ahora el Palacio Negro. Ya que la localidad de General
carecía de techo, cuando llovía de allí se “pasaban” para Preferencia, mientras no lloviera, no
pasaba nada.
En
General los bancos de asiento no
tenían espaldar, y en Preferencia no
había butacas, sino bancos con respaldo.
Allí
se exhibían las películas ya “rayadas”, muy usadas, en el Bermúdez. El público
asiduo asistente era “demasiado popular”, destacándose la gente del Sector
Guayacán de Pescado.
Las
películas más populares eran “Los tres Villalobos” y muchas películas mexicanas.
En tiempos de Semana Santa se agotaban las entradas por las películas de
“Jesucristo”.
El Teatro Lilma
La
sala de cine más contemporánea de todas. Inaugurada el 3 de mayo de 1962, la
noche víspera de “El Carupanazo”. En la noche inaugural se presentaron Lila
Morillo y Mario Suárez con su conjunto.
El
nombre del lugar se maneja entre dos versiones, la primera versa que el nombre
se compone de las sílabas LIL por Lila y MA por Mario, originado por la
presentación inaugural de Lila Morillo y Mario Suárez.
La
segunda versión afirma que debe su nombre a las hijas mayores de su dueño Sr.
Chuito Real; Lil y Maria del Valle.
El
Lilma ha estado ubicado en plena calle Independencia. Al frente se ubicaba para
su tiempo un almacén llamado “La Japonesa”.
Su
público frecuente era más bien de clase media, entre baja y alta. Las
exhibiciones eran variadas, aunque solían presentarse películas más actuales.
Pero el ambiente era más tranquilo que el de los tres mencionados.
Anécdotas vividas en estos
inolvidables lugares
Esta anécdota es
copia fiel de las palabras de uno de los hijos de Don Humberto Angrisano, me refiero a Francisco Angrisano:
“Recuerdo
perfectamente las ventas de cómics en la plaza del Rex, todas las películas
chinas que se proyectaban los fines de semana, las "turbinas" de aire
que nos secaban los ojos, e inclusive recuerdo la vez que mi padre (Humberto),
contrato a un herrero llamado Lucho, para que soldara las sillas y evitar con
ello que la gente las golpeara en señal de protesta si la película por alguna
razón se detenía u ocurría algo que molestara al espectador.
Recuerdo a Pío,
a Misaes (bastantes raspados de papelón con coco, granadina y limón disfruté),
y las carteleras que por muchos años mi padre elaboró para presentar cada una
de las películas. No puedo dejar de mencionar a Carmelo, sempiterno
administrador del cine. A Iginio, quien proyectó muchos años las películas. En
fin, una era imposible de olvidar.”
También se recuerdan cosas como estas:
En
plena acera de los cines Bermúdez y Central, antes de la función, se
apertrechaba el público con las castañas, cotufas, encaramados, huevos salcochados,
pumalacas, jobo pelado (con y sin sal), los famosos golfeados y otras delicias
caseras perfectas para la ocasión.
Una
vez que se apagaban todas las luces en el cine Bermúdez y comenzaba la
proyección, salía el espectáculo de murciélagos alrededor de las personas. Solo
se escuchaba el zumbido cerca de nuestras orejas.
Una
vez comenzaba la función en el Central y entrabas tarde, te tocaba tantear en
la oscuridad para conseguir un espacio vacío en la pared para adaptarte y luego
ubicar un puesto en algún banco.
La
mayoría de la gente compraba, en el Bermúdez,
el boleto para la General, pero ya
dentro y una vez apagadas las luces se escuchaba un “tropel”, prendían las
luces para averiguar y ya media Preferencia
estaba ocupada. Era un espectáculo y una travesura que divertía a todos.
Era
multitudinario y colorido el intercambio de revistas Comics y Vaqueras en la
parte frontal al aire libre del cine Rex. El Llanero Solitario, Superman,
Batman, Kaliman, Memín, y muchos otros comics.
La
venta de chucherías, refrescos y cotufas tanto fuera como en la parte de las
ventas de boletos.
Personajes Notables
El
Sr. Pio y la típica presentación de sus ricos y famosos tostones. Iba a los dos
cines, al Rex y al Bermúdez, en todas las funciones. Gratos recuerdos de sus
célebres pregones.
“Barrabas”
y su boliche (perinola), hacía hasta mil ensartes sin fallar, se coleaba para
preferencial, y por molestar con su boliche, lo sacaban del cine Bermúdez.
En
el Teatro REX al frente, en el espacio abierto, vendía Daniel Visaez sus famosos raspados, los cuales ofreció a los
carupaneros en ese mismo lugar por muchos años.
Todo
aquel que “bajaba” al centro tenía que disfrutar de su raspa’o (me incluyo).
El
teatro sufrió cambios con el pasar del tiempo, pero Visaez se mantuvo allí,
cual mata de roble, sin migrar a otro lado. Lo pude conocer en persona. ¡Vaya
personaje!
Sr
Vicente Paúl García (Anécdota contada por su hijo, José García)
Un
personaje inolvidable pero que pocos notaban y uno de los principales responsables
de llevar emociones de todo tipo al público en general. Se trata de la persona
que proyectaba las películas en el Cine Bermúdez.
Hubo
momentos en que ambos cines (Bermúdez y Central) pasaban la misma película simultáneamente
y el Señor Vicente contaba con la apoyo de un ayudante llamado Jesús o Guicho, quien
se encargaba de ir corriendo del cine Bermúdez al Cine Central a llevar los
rollos de cinta para ser proyectados. ¡Vaya faena!
El
Señor Vicente decidió para, ese entonces, entrenar a su ayudante para que
proyectara las películas en el Cine Central.
Nota de reflexión:
He
buscado, y aún lo hago, imágenes relacionadas con estos emblemáticos lugares de
Carúpano y fue muy desalentador el resultado.
Apenas
encontré una imagen sobre el cine Central y es la que he utilizado para adornar
esta publicación. Agradezco y doy los créditos a la página de Facebook “Un poco de lo que era Carúpano” porque
de allí tomé la imagen y parte de la información.
Es
necesario y obligatorio que las autoridades regionales, las instituciones y
nosotros como pueblo mantengamos y conservemos nuestro patrimonio cultural.
Es
bastante triste ver como se desvanece nuestra historia regional, ver como
desaparecen lugares como estos, buscar y
no encontrar evidencia fotográfica de sitios como estos y no se haga nada.
Hemos
sido testigo, y el tiempo y las circunstancias lo afirman, como lugares
históricos de nuestro pedacito oriental se van esfumando, van desapareciendo
sin dejar rastro de su existencia. ¡Qué lástima!
Si
quieres enriquecer esta parte de la historia de Carúpano, te invito a que
participes, añadiendo de tu propia anécdota o recuerdo en la caja de
comentarios.
MUY BUENO, LO FELICITO POR LA RESEÑA.
ResponderEliminarGracias, la idea es rescatar nuestra historia y que futuras generaciones conozcan su lugar de origen.
EliminarExcelente publicación, es asi como se construye un país Dios quiera muchos de nosotros que ahora somos padres y tal vez abuelos le lleguemos a contar estas historias a esos carajitos que por razones del destino no tuvieron la dicha de vivir tata humildad
ResponderEliminarAsí es, es una contribución con el rescate de nuestros orígenes.
EliminarEl gran Pedro Infante se presentó en el Teatro Rex Asi como muchos artistas nacionales, recuerdo que uno de los últimos fue Carlos Almenar Otero.
ResponderEliminarEl gran Pedro Infrante llegó a presentarse en el Teatro Rex. Muchos artistas nacionales e internacionales lo hicieron, recuerdo el último en hacerlo/ Carlos Almenar Otero.
ResponderEliminarQuiero compartir esta anécdota con ustedes : en una ocasión mi madre nos da dinero para que vayamos, mi hermano mayor Israel y yo, al teatro Rex para que disfrutemos de ver una película. Les cuento que decidimos no entrar al teatro, sino gastar el dinero en todo lo que pudiéramos comer: perros calientes, refrescos,cotufas, majaretes, etc. Cuando ya terminamos de comer nos regresamos a nuestra casa felices y contentos. Mi hermano me dice que cuando mamá me preguntara cómo estuvo la película, que le dijera que estuvo muy buena, y asimismo fue. Mamá se vino enterando de aquella ocasión, de parte mía, años más tarde cuando ya éramos hombres. Es que era una tentación ir al teatro Rex: vendían mamey, jobo, mazorcas, maní, huevo sancochado, empanadas, perros calientes, raspao, cotufas,etc
ResponderEliminarEstás en lo cierto José, se disfrutaba tanto entrar a ver la película como solo ir y quedarse en la parte de afuera disfrutando de la variedad de meriendas típicas. Recuerdo también el pintoresco intercambia que existía con el "boom" de las revistas vaqueras, románticas y la gran cantidad de comics.
EliminarBuen dia... El cine centra quedaba donde esta ahora el pasaje colon... Nombraste a el proyector de las películas en el Rex... Yo conocí a Pedro Gomez(perucho) eran los años 70... Y en esa época quien vendía los ticket de preferencia y luneta era Delia Tang (Mi madre), y la portera de luneta era Carmen la India... Saludos
ResponderEliminarEn mis tiempos de muchacho, en Carúpano el raspado no se le conocía con el nombre de raspado. Se le llamaba esnobol. Y había un personaje hoy olvidado que iba y venía, con su carreta vendiendo esnobol. Recorriendo las calles de Carúpano, era un señor a quien todo el mundo lo conocía como bocache. Hago este comentario como un recuerdo a ese señor que fue muy popular y como digo hoy es un personaje olvidado del Carúpano de la década de los sesenta.
ResponderEliminarAparte de los cines ya mencionados, había en Carúpano un cine que era frecuentado por la gente de Guayacán de pescado, campo ajuro, y zonas adyacentes.la entrada costaba un real. Era el cine de David. Eso fue antes de la contrucción de la av. Perimetral.
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